domingo, 10 de febrero de 2013

MADRE (Lucero Balcazar)



Vuelve a hablar, madre, cuéntame esas cosas de brujas y naguales

las mismas que en la revolución

le contaban a tu tata.

Anda, canta el arrullo

que le gusta a tu nieto:

Chinchiriñeco, chinchiriñeco

Mató a tu muñeco

¿Y por qué lo mató?

Porque estaba culeco

Mira, ya se duerme, le gusta tu vozgrillo

y tus manos veladoras.

No pares, madre

toma sus deditos

y colócalos

en tu corazón-árbol

con semillas de sombra.

¿Te arrimo el pan-puerco

Para que cures su empacho?

No cierres los ojos madre.

¿Te sobo las manos frías?

Que se lleven tu cuerpo

pero déjame aquí tus manos mías;

sabias de herbolaria.

Déjame desenterrarlas, madre,

para que cures mi locura.